domingo, 30 de julio de 2017

The Beatles - Yesterday


No soy ni la mitad del hombre que solía ser,
hay una sombra que cuelga sobre mí,
de repente llegó el ayer.

        El quinto disco de los Beatles, "Help!", tiene canciones inmortales, y no está exento de experimentación, pero fue consumido por las prisas; canciones intrascendentes, irregularidad conceptual, vuelta a las versiones para darle una oportunidad a Ringo de que asomara la cabeza. Pero qué podemos decir de un disco que tiene la canción que le da título en la que John expresa abiertamente su angustia y en la que admite sin reparos que no tiene nada que ver con el joven triunfador que parecía, Ticket to Ride (hay quien dice, quizás exagerando, que contiene las primeras manifestaciones del hard rock), You got to hide your love away (Tienes que esconder tu amor), la única canción dylaniana que tendría una réplica del maestro, en su antológico "Blonde on blonde" precisamente y "I need you" la primera aportación verdaderamente valiosa de George, y Yesterday...

         Yesterday es probablemente la canción que más se ha cantado en la música popular y, sin duda, la que más veces ha sido versionada, unas 3200 veces se contabilizan hasta ahora. Paul ha explicado muchas veces como surgió, que primero tuvo la melodía que le vino durante un sueño y la tocó al despertar para evitar que se le olvidara, que le costó un par de meses convencerse de que no estuviera registrada ya dada su prístina sencillez, que fue muy laborioso encontrarle una buena letra siendo un objetivo propicio para la ironía de John durante meses en los que se referían a ella con el espantoso título de "Huevos revueltos". También ha hablado de las dudas que hubo para incorporarla al repertorio del grupo porque rompía con el tipo de música que estaban haciendo y los problemas con George Martin para grabarla acompañada solo de su guitarra y un cuarteto de cuerdas.  


           La grabación que podemos disfrutar nos muestra a Paul sin sus compañeros en el escenario. Un documento histórico que nos trae el recuerdo indeleble de una de las grandes canciones de nuestras vidas.

sábado, 29 de julio de 2017

Chicho Sánchez Felorsio - Gallo rojo, gallo negro



Ni tú ni yo estamos 

en disposición 
de encontrarnos. 
Tú... por lo que ya sabes. 
¡Yo la he querido tanto!

(Federico García Lorca)


Te extrañará Juanlu que empiece este comentarios con unos versos del poeta universal más representativo, sin embargo veo pertinente que refleje nuestra situación poniendo la política donde Lorca habla de amor. No somos amigos pero sí conocidos que se respetan y aprecian. El azar quiso que compartiéramos momentos que nunca se irán de la memoria y hacen que se derramen nuestras lamentaciones ante la implacabilidad de Saturno que nos acabó engañando mientras aspirábamos la fragancia de las horas perdidas que nunca vuelven y se recuerdan para marcar en las esquinas las huellas de nuestros poetas. 

Eres culto, inteligente, divertido, ocurrente y, lo más importante, cariñoso. Tú eres de derechas y yo soy de izquierdas, no veo ningún problema siempre que ambos seamos demócrata y solo nos pleguemos a la voluntad de un pueblo por muy errático que esté a la hora de elegir sus representantes, siempre que no justifiquemos a ningún régimen totalitario.

Pretendo ser humanista, digo bien, pienso que es algo muy difícil de lograr, son muchas horas de lecturas y reflexiones. He comprendido que esta tendencia, a pesar de que casi todos sus representantes se alinean con la izquierda, también tiene cabida para la gente de derechas y cabe la posibilidad de que tú seas más humanista que yo, aunque en la vertiente estrictamente política, por circunstancias de la vida, hayas optado por una opción más conservadora que la mía. 

Sé que puedes comprender que yo deteste el comunismo pero admire a algunos comunistas, Chicho Sánchez Ferlosio está entre ellos, posiblemente no conoció el éxito por ser fiel a sus ideas y creyera firmemente en el espíritu libertario que otros mancharan de intolerancia y de sangre y él inundaba de amor a la calle, a la gente que pasaba, me emocionan la valentía y la verdad de Diamantino y su militancia en contra de la pobreza y la ignorancia o el fervor hacia la Democracia, puede que un tanto ingenuo, pero sentido y emocionante, de muchos brigadistas internacionales que, en el caso que pudieran regresar, no se olvidaron nunca de nuestro país y, aunque nos parezca paradójico, relataron a sus nietos que, para ellos, no hubo un tiempo más dichoso en sus vidas que aquellos en los que defendían el Puente de los Franceses o el Ebro desde Gandesa. 

Hablemos, Juanlu, de arte, de deporte, de la decadencia moral de los tiempos que nos ha tocado vivir, hagamos una academia de la barra de un bar como alguna vez lo hicimos mientras nos volvamos a reír con amargura del dios del tiempo, evitemos aquello en lo que tenemos posturas irreconciliables y que nos llevaría a reproches y puntualizaciones interminables, probablemente los dos estemos equivocados y no pasa nada, después de todo he comprendido que la valía de un hombre se mide por la magnanimidad que exhibe en sus aciertos y la autenticidad con las que muestra sus equivocaciones.


Chelsea Hotel más o menos marzo de 2016


Entiendes lo que quieres, no lo que debes, Clodia[i], no tienes de qué preocuparte; es un síntoma confuso que experimenta casi todo el mundo en estos días, quizás triunfes a pesar de escribir muy bien, pero lo harías por la tela con la que tejes tus relaciones, no por tus escritos. 

Yo, en cambio, no lo haré, sin saber por qué cuido mi independencia como si fuera la pequeña flor de cactus de la que te he hablado a menudo, que tantas veces he visto y me sigue emocionando por ser una metáfora que nunca he podido desentrañar a pesar de comprenderla.

Tengo buenos recuerdos de ti, el más perdurable me lleva a esa mañana de domingo que estuvimos charlando sobre la vida y la obra de Pasolini[ii], creo que crecimos en alguna dirección, lo importante no sería que la encontráramos en algún sitio, sino el hecho de habernos asomado a los abismos de un artista inquietante y sincero. Era el punto de partida lo que hacía entrañable aquel encuentro, el resto no nacería de nosotros sino de las circunstancias, nuestra única obligación es intentar hacer las cosas lo mejor que podamos aunque nos censure la severidad de los jueces.

Me he manifestado abiertamente en contra de que poemas mediocres, y, peor aún, ostenten una estrella de excelencia[iii]. No voy a cambiar de opinión. He leído mucha poesía como para caer en la trampa del efectismo inocuo. Por ahí admito tus reproches, ya que sinceramente no opinas como yo, peor sería que no tuvieras convencimiento de lo que dices.

Pero no encuentro nada malo en invitar a Alba a que esté acompañada en las alturas por seres vivos que luchan cada día, que, a veces están faltos de talento pero tienen la morosidad enfermiza de un orfebre para dejarnos obras valiosas o aquellos que tienen un talento que nadie quiere ver y luchan en las sombras cortantes de la indiferencia.

Los dos poemas de Alba que habéis estimado antológicos, desde mi punto de vista no lo son, los tiene mejores y más apropiados para esa distinción aunque no me he tropezado con ningún poema suyo que podamos considerar como tales, el que uno se muera no puede ser una excusa para agrandar la calidad de lo que ha escrito.

Puedo estar equivocado en eso último, pero creo que para estar a la altura de la Epístola moral a Fabio, de La elegía a las musas o de La aurora de Nueva York haría falta que supiera implicar al lector a través de su experiencia con la de cualquiera, y pienso, pocas veces, es cierto, que Alba está muy lejos de conseguir algo así, y no se le puede achacar nada; la técnica se aprende con más o menos dificultad, la inspiración también se aprende pero no nos da pistas del cómo, del cuándo y el por qué. Con respecto a esto te diría que ha habido en el fútbol un poeta como George Best, no ha sido el mejor futbolista, pero, junto a Garrincha y el "Mágico", ha escrito los mejores versos persiguiendo un balón que, con frecuencia, acababa en el lugar que él había elegido.

Permíteme dudar que Alba pueda dolerte a ti más de lo que a mí me duelen mis muertos. Estamos hablando en la misma lengua pero en dialectos que no se entienden entre ellos, no es un capricho pensar que yo puedo llevar la piel, los cabellos y la forma de mirar de alguno de ellos, son algo mío que perdí y duerme en el sepulcro, íntimamente míos con sus imperfecciones que, a veces, no se me olvidan y con las que me veo más humano, menos insoportable.

Ya sé, Clodia, que tú amas a Borges y te postras ante su inteligencia, yo simplemente amo a Lorca[iv] que aún vive en otra galaxia respecto a mí y al resto de los mortales  y lo admiro como hombre que podía tener unas sensaciones parecidas a las mías cada vez que escribía un poema, cada vez que muriera alguien en su pueblo con quien ya no podría tomarse un vino mientras soñaba con acabar con el analfabetismo en España.

Desconfío de las relaciones que establecemos a través de la Red, existe un carisma telemático que hace cinco años dejé de tenerlo, sé que, casi nadie lee lo que escribo. Pero no me lamento, hubo unos meses en los que no daba abasto para contestar las cartas que me llegaban, mi carisma se sustentaba en actuar como si fuera un sucedáneo de lo que Sabina transmitía y, probablemente no era, así creé una imagen en la que se reforzaba la calidad del mujeriego que nunca he sido y que no podré ser jamás. Los hijos de los conquistadores solemos pagar los pecados de nuestros padres, Pavese se apagó un día de agosto sin llegar a comprender que las mujeres de su pueblo prefirieran los impulsos primarios y misóginos de su padre a su delicadeza y sensibilidad femenina que pueblan las páginas de su novela más célebre, a pesar del dolor que hizo aflorar una misoginia primaria en su diario. 

***   ***   ***

Te llamé buena persona hace unos días y empiezo a experimentar con melancolía el temor de haberme equivocado, soy demasiado impulsivo, pero no me arrepiento de haber pensado bien de ti, de haber creído en la bondad de tus intenciones, sí lo haría de haber pensado mal aunque hubiera estado en lo cierto; son los pequeños detalles los que ofrecen una medida aceptable de nuestras miserias. Pero, con la calma que me faltó en un primer momento, he comprendido que dos buenas personas no tienen por qué estar destinadas a entenderse aunque sean partícipes de la misma pasión y, citando a Quevedo a mi manera, lo importante no es estar en lo cierto sino sentir lo que se dice.

Por favor, haz comparaciones que se sostengan en el mismo dolor. ¿Hablaste con ella? ¿Compartiste un solo día con ella de dolor hospitalario? ¿Superaste alguna crisis cuando la poesía agonizaba entre los pinos en la Mallorca del invierno de Chopin? ¿La quisiste tanto que, a veces, deseaste odiarla e incluso llegaste a pensar que no la amabas por sus virtudes sino por sus defectos?

No queda mucho espacio para lo sagrado en esta sociedad moderna, pero sigue habiendo actos y discursos que merecen ese calificativo. Me has ofendido por lo que he interpretado como pedantería indisimulada, por fingir un sentimiento que a la fuerza no puede ser muy grande ni real, ya lo dijo Leonard Cohen en el Chelsea Hotel más o menos dos veces.

I don't mean to suggest that I loved you the best,
I can't keep track of each fallen robin.
I remember you well in the Chelsea Hotel,
that's all, I don't even think of you that often.

No quiero dar a entender que te amaba mucho,
No puedo seguir el rastro de cada petirrojo caído.
Te recuerdo muy bien en el Hotel Chelsea,
eso es todo, solo de vez en cuando pienso en ti.

Deduzco que tú recuerdas a Alba como Leonard a Janis Joplin compartiendo poesía o sexo que no amor, y yo recuerdo a mis muertos varias veces cada día, sé que es la única manera de mantener entre los coches que invaden las aceras un poco de su aliento, de recordarme a mí mismo que soy el amigo insignificante del viento de Poniente cuando el mar de mi vida se torna azul y veo mi casa de la niñez invadida por otras enredaderas que no recuerdan quién es Dios de tanto pronunciar su nombre en una lengua desconocida.





[i] Considero que Clodia es un nombre precioso, de ninguna manera he querido relacionarte con la Lesbia poética; desenfrenada y licenciosa.
[ii] En Ostia o en Trieste / cuando florezcan los tilos / con el cuerpo marcado / por los golpes que suben el Calvario.
[iii] Creo que la actitud declarada de las personas que las conceden ha colocado una losa en una calle que podría haber tenido un nombre literario.
[iv] No vayas a creer que no le encuentro defectos en lo más importante, como hombre.

Amy Winehouse - En la soledad del amor y de la muerte

I tell you what you want to ear
it depends on that I've been drinkin'.

(Amy Winehouse – What it is)

Te diré lo que quieras escuchar,
dependerá de lo que haya bebido.


  

Es solo un sentimiento que penetra en la noche
donde encuentras un hueco
para tu corazón
inseguro y ardiente, perdido y desolado.

Es tan solo un espejo que no quiere mirarte,
una imagen sin rima, una luz que se apaga,
es tan solo el destino que espera en las cortinas
y atraviesa la calle de una ninfa innortada 2,
y mientras en el aire
se expande el humo espeso de una acerba tristeza,
de unos versos sentidos que llegan y se pierden
en la voz del poeta que sufre los delirios
densos de la deriva que duele y arrincona,
y en una tenue alcoba escribe para nadie.

La marea vendrá a llevarse los restos
del último jarrón que adorne tu mesita,
los fragmentos revueltos de un escritorio amargo,
el temible naufragio del licor en tus venas.

Es la muerte tan triste, se siente tanto miedo
que no puedes gritar, articular palabra,
escribir un deseo, pensar en el amor,
desterrar el sudario que te inunda en las sombras. 



1.- Dylan Thomas. 2.- Localismo ceutí por desorientada. 

(19 de enero de 2016)


viernes, 28 de julio de 2017

The Beatles - Nowhere man


Here’s a real nowhere man, 
sitting in his nowhere land, 
making all his nowhere plans for nobody…

Es un auténtico hombre de ninguna parte,
sentado en su tierra de ningún lugar,
haciendo sus planes de nunca jamás para nadie...

Rubber Soul no es el mejor disco de los Beatles, pero puede que sea el más importante, el que fracturó definitivamente en dos su carrera. Determinó un eclecticismo inagotable, un hambre evolutiva insaciable y la retirada de los chicos de Liverpool de los escenarios, ya podían crear sin más agobios que los que ellos mismos se impusieran.

         No hay disco de los Beatles al que me sienta más unido que a Rubber Soul, recuerdo la fecha, es un día señalado en mi ciudad, y la playa, iba con mi amigo de entonces y dos chicas que no tenían mucho en común excepto el nombre y el radiocassette en el que reprodujimos la cinta que nos dejaron; África, una leía a Poe, la otra las portadas de las revistas. Aquel 13 de junio de 1976 escuché por primera vez algunas canciones que siempre me han acompañado.

McCartney estaba brillante, excelso en la recreación de música clásica de "Michelle", se ensañaba en una parodia irreverente sobre los delirios de grandeza que dice mucho más de lo que parece en "Drive my car" y mostraba la profundidad de su talento y enviaba un regalo envenenado a los Byrds en la injustamente olvidada "I'm looking through you" (Te estoy calando).

Pero Lennon estaba genial, ya conocía sus dos mejores canciones de este disco, no puedo precisar cómo llegaron hasta mí. Pienso como entonces; In my life (En mi vida) y Nowhere man (Hombre de ningún lugar) están entre las mejores canciones que Lennon compusiera, se convertía de repente en un adulto con la cabeza muy mal amueblada, no tenía la madurez y el control de sí mismo de McCartney, y se reprochaba su indeterminación, su falta de implicación con los problemas de los demás, su alienación como hombre de este tiempo que no es de nadie, su falta de personalidad para adoptar un punto de vista que le implique. John reconoció que, a pesar de hablar en tercera persona, se refería a sí mismo y la canción era el fruto de un duro examen de conciencia y un estado depresivo. En mi vida es simplemente un canto de amor a Liverpool y una confesión  de entrega al recuerdo imborrable de su primera novia, de sus primeros amigos y los lugares que compartieron y cambiaron o, simplemente, desaparecieron, es como una rosa que no se debe tocar.

La otra joya es Girl, con una letra fantástica dentro de un concierto no demasiado afortunado en la música juvenil acomplejada por el fulgor de Dylan que publicaba en aquellos días sus obras capitales, aunque para algunos, entre ellos los Beatles, supuso un acicate y les llevó con éxito a proponer situaciones complejas, letras con un indudable valor literario. Con sus aires mediterráneos, con su aspiración, y su melancolía, aquel 13 de junio escuché Girl por primera vez, y aún me acuerdo de ella muchas tardes.

No podemos dejar de lado para terminar la fantástica y melancólica "Norwegian wood" en la que Lennon se enfunda el traje de perdedor en una historia de amor frustrada con una chica responsable que distinguía entre la diversión y las obligaciones aunque le había dejado dormir en su casa, canción que abre el disco y en la que Harrison experimenta magistralmente con el sitar, además George hizo dos interesantes aportaciones a esta obra maestra que es Rubber Soul.


La primera estrofa en una canción de Serrat


Francamente
me habría gustado más
que hubiera sido primavera
y que la primera
fuera aquella niña rubia,
pecosa y delgada
que cada tarde
subía conmigo al tranvía
cunado el día se dormía

Francament
m'hagués agradat molt més
que hagués estat primavera
i que la primera
fóra aquella nina rossa,
prima i pigarda
que cada tarda
pujava amb mi al tramvia
quan el jorn s'endormia.



Desde que lo encontré en 1971 con Mediterráneo y lo perdí en 1976 con "Para piel de manzana" un disco casi tan bueno como aquél pero olvidado hasta por muchos de sus incondicionales, tuve a Joan Manuel Serrat como una de mis referencias como cantante y también como poeta. Me gustaba tanto que no tuve ningún problema en comprar o pedir que me grabaran algunos álbumes suyos, no le di mucha importancia a que algunos de ellos fueran en catalán.

Suelo seguir escuchando a Serrat, viene bien detenerse en lo que dice y como lo dice, comprendo que hubiera mujeres de un barrio humilde como el mío que lo hubieran querido tener como hijo, comprendo que más de una muchacha temblara por él cuando lo viera alejarse con la guitarra al hombro, que pareciera tan cercano, tan abierto con esa sonrisa un tanto pícara y tan tierna que uno hubiera querido tenerlo como compañero en una partida de mus y contertulio en las noches de verano en la puerta adentrándonos en el misterio de una estrella parpadeando en el cielo azul oscuro.

Esta canción pertenece a "Per el meu amic" (Para mi amigo), grabado en 1973, sin duda uno de los mejores discos de Serrat. No me gusta demasiado el tema central de la canción que he elegido para dar fe de ello, ni como lo trata, cuando intentas ser demasiado sincero y dices cosas que van en tu contra nadie te acaba creyendo del todo, pero la música es deliciosa, está empapada por aquella voz que hacía sentir y la primera es una de las estrofas más hermosas que yo recuerde de toda la música española.

The Beatles - Julia


La mitad de lo que digo no tiene sentido
pero solo lo hago para llegar a ti, Julia[1].
     
        Sé que a veces hablo como si tuviera comunicación directa con John Lennon, y esto lo digo como si hubiera alguien que pudiera advertirlo. Pero no, parece que he dado un paso adelante y algo que me parecía patético cuando lo advertía en Rafle[2] a pesar de su grandeza, hablar y seguir hablando aunque nadie te escuche e incluso cuando ponen un gesto contrariado, empieza a ocurrirme a mí y ya no me importa, debe haber algo bueno en ello cuando Rafle lo hacía.  

  
       Julia es una canción muy especial, una de las joyas, como Blackbird[3] o When my guitar gently weeps[4], del Álbum blanco, un disco irregular pero con canciones impresionantes que se vuelven más atractivas para los seguidores del cuarteto de Liverpool en tanto que algunas de ellas no son demasiado conocidas por el gran público.

Imagino que para Lennon no debió ser fácil escribir esta canción ensoñadora y entregada a la mujer a la que se la dedica; su madre. Las razones son demasiado obvias, Julia era una persona con muy buen carácter y con mucha suerte en alguna de sus decisiones, ella le regaló a John su primera guitarra, pero distó mucho de ser una buena madre; irresponsable, enamoradiza, caprichosa, abandonó la educación y la crianza de este genio en ciernes a su estricta hermana y a su cuñado, quien sería un amigo con el que John frecuentaba los cines para ver películas del oeste, y a quien le unía íntimamente compartir la misma cruz.    

       Julia murió atropellada cuando Lennon tenía 17 años y parecía haber vuelto, eso era lo que él quería creer. Los biógrafos de Lennon parecen querer dar más dimensión a la tragedia cuando recalcan que el coche que la arrolló era conducido por un policía borracho, eso sí, al menos estaba fuera de servicio.






[1] Half o what I say is meaningless / But I say it just to reach you, Julia.
[2] Rafle: entrañable amigo y lector compulsivo, su vida estaba centrada en la lectura de los grandes autores en un entorno que estaba lejos de comprender sus inclinaciones.
[3] Blackbird: Mirlo.
[4] Cuando mi guitarra dulcemente llora.

       19 de noviembre de 2014.

Las adelfas - La cumparsita



Vienes a mí sin haberte buscado
sobre la vista de una avenida
donde muere cada noche un árbol solitario
y las adelfas expanden su tristeza
y su veneno
sobre borrachos ilustres
que cantan el rey
bajo la luz de una farola enamorada.

Dejé la rabia de un amor que me mordía
con el cuerpo traspasado
por la rosa de los mártires,
por una juventud
desgarrada por un pacto no firmado,
lastrada por una sensibilidad que me hacía llorar
cuando vivían los cementerios
y los viejos morían asomados a su ventana.

Me decían que era débil,
que no podría remar contra el levante
en un mar que estaba roto pero al que yo amaba
al recordar la brisa del verano
y los nombres que no volverían a sentarse en la mesa,
la soledad de un padre huérfano
que necesita ser querido y apenas sabe hablar,
escapa de casa cada día
y por la noche se enfrenta con su destino en la mar.

jueves, 27 de julio de 2017

Georges Moustaki -Los amores acaban un día





        Sentí mucha tristeza cuando murió Georges Moustaki, este hombre que era griego, italiano, pastor, judío, egipcio, francés y, por supuesto, español y, por lo tanto, poeta aunque no hubiera escrito verso alguno, ni anduviera por los bares de madrugada, entre el alcohol y las risas y caducas flores que ya no tenían espinas pero seguían haciendo daño como la princesa de Joaquín, buscando a alguien que quisiera que le regalara su último poema y su lucha agónica y perdida contra el monstruo de la indiferencia.

          Me lo dijiste, Laura, por teléfono cuando viste que la noticia de su  muerte yacía trémula sobre nuestro periódico empapado por un tembloroso y amargo café; ya sabes que la muerte se lleva al príncipe y al esclavo, al malo, al bueno, y no tiene la menor consideración con las ansias de inmortalidad del hombre libre. 


Me despedí de ti lo más rápido que pude porque quería soltar una lágrima  que se había condensado en las arenas de mis ojos y no quería que la escucharas caer, no sé si la sentimentalidad era la misma en nuestros brotes verdes cuando reíamos y llorábamos con “Tiempo de lluvia”, “El sueño de Pilato” o "Cabaret", pero en estos días se lleva bastante mal que se muestre una fragilidad por miedo a que provoque alguna que otra risita.

Pensé en la noche que, en honor de su amigo Paco, cantó en algún lugar de nuestra España "En Méditerranée", con su sonrisa llena de luz, con su piel curtida y morena como la de los viejos marineros, con sus cabellos desordenados como el muchacho soñador que tú conociste y murió sin darse cuenta abducido por las calles y las rutinas. Estábamos delante del televisor pero nos sentíamos donde sus palabras que intentaban unir a todos los habitantes de la cuenca mediterránea, como si todos los hombres del mundo fuéramos como los niños y creciéramos aprisa sin mirar hacia abajo sobre los ojos de un vencido. 

Georges ha muerto, ese viejo libertino, que nunca creaba historias de su fracaso eterno con el amor, no hablaba de los secretos de una dama de la que, quizás, no supiera ni cómo se llamaba ni cómo tenía la cintura, y amable y sonriente aunque no renunciara nunca a lo que decía cuando creía haber hallado la definición adecuada de sus sentimientos. 


         Ya sé, Laura, que sabías que yo lo amaba, como se quiere a un hermano mayor que recorre el mundo y algún día derrochando el dinero vuelve a la casa que lo vio nacer para estar en ella un ratito que desea que sea agradable para todos los suyos, a quienes lleva allá adonde vaya con la rosa de los vientos. 



      Ya sé Laura que los amores acaban un día, pero nosotros somos distintos, me amarás hasta que me mates en tu empeño por ver mi libertad como una enemiga de ti y de mí mismo o hasta el día que provoques que vuelva a aparecer el Mr Hyde que llevo dentro y acabe con los dos, rotos y perdidos en la avenida que ha sido la referencia de nuestras soledades durante tantos años. Hubiera sido tan bonito haber tenido el talento liberal de este Georges que se ha ido y estará cantando con la tranquilidad de un bendito, Dios sabe dónde. 




         Tú sabes que el todo Ceuta de católicos caducos y un poco pervertidos me ha considerado siempre un meteco, si pudiera esa ciudad me diría que no tengo derecho a voto, aunque pague impuestos, y, aunque soy demasiado mayor para ello, que desentierre mi casco y mi escudo cuando lleguen los persas a la llanura de Maratón y luche por su libertad, no por la mía.


23 de mayo de 2013